Me he conformado, quizás con ser sólo un juego, pero nadie entiende que yo no vivo en la dimensión donde el imposible es cierto. Tanta belleza me desespera, tanta ansiedad de probar quimeras, tantas ausencias tantas malezas.
He vivido suficientes noches para soñar tus ojos, para acariciar tus labios, dueño de mi, por ti empeñado, soy albacea de tus encantos, contador de estrellas, pensador en vano, perverso en el imposible, castigado en la cordura, amargado.
No me propongo más que seguir callado, reposar ahí, en el cuarto oscuro en el que me has dejado, sediento, barbado, impasible, pero soberano de lo que eres entre lineas, para un día simplemente robar tus frases, quitarte la voz de un beso que no se acabe.