La peor vigencia es la que se basa en llenar huecos, en hacer sombra y presencia, la de llenar un asiento, la de cumplir de malagana e incierto. No existe amistad o amor puro en eso es un vicio social o un defecto de debilidad.
La mejor vigencia es la que se queda atrapada en los sueños, el viento que cruza entre los labios antes de dar de un beso, se aloja entre el corazón y el cerebro, en el cuello, donde todos cedemos.
"He leído ésto y me recuerda tanto a ti, a tus voraces ideas y a tus vulgares deseos"
"He estado discutiendo por horas con mis compañeros y me han faltado tus argumentos"
"He visto una película y con una pieza de la banda sonora me he acordado mucho de ti"
No existe mejor herencia que esa vigencia, que esa dulce memoria que resuena. Que se hace eco en el pecho que recorre con sus reflejo el abismo donde se esconde temerosa la esencia...
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