Detrás de la sonrisa aparente se esconden demasiadas cosas, es raro como vivimos de las percepciones, de suponer o de creer en prejuicios, de mirar solo pequeñas partes de los demás y conformarnos con mirar solo lo que queremos mirar.
Lunas y amaneceres describen un orden incansable en la vida, sin embargo entre tantas dudas y vacilaciones, el poeta llegó a la antesala de su corazón, extraño es pero cierto, el como a veces estamos demasiado confundidos para apreciarnos tal y como somos, para elegir a donde a vamos y que queremos ser.
A veces te veo solo como una colección de cicatrices, que entre lagrimas y tristezas, avanza titubeante en un aparente camino de vacios y de objetivos vagos, o de metas que alguien escribió sin darnos cuenta en las paginas del alma, o que alguna vez nos dijeron que si conseguiamos seriamos grandes. Entre las blasfemias de todos los dias, los orgullos y soberbias que aparentan dominarnos, somos en mucho producto de las heridas que cargamos a cuestas, del miedo a herirnos que nos heriere mas, la cobardía nos paraliza nos acaba.
Pero un día, yo miré tras de tus ojos y en tu corazón esa... tu propia colección de cicatrices y te ame más de lo que ya te amaba antes, me sentí tan comodo explorando los andenes de tu alma, los pasillos de tus ilusiones y deseos. Quien diría que un angel puede desear algo más?
Tatuados, en cada uno de los bordes de las cicatrices, miraba y sentía todas aquellas noches en las que de tanto llorar te quedabas dormida... o peor aún el día en que te dolían tanto tus penas, que no podias llorar, ni dormir, ni comer y nos privabas a todos de ti misma.
Te amé más cuando te sentí fragil y delicada, porque siempre hemos vivido con aires de fortaleza, con la obligación de ser rocas firmes para que los demás caigan. El verdadero amor consiste en mirarte tal y como eres y desear amarte más.
Cuando desperté, no te encontré a mi lado, confundido y aturdido te busqué y aún te busco, salgo a la calle buscando tus ojos para mirar a través de ellos quizá... mi propia colección de cicatrices
Lunas y amaneceres describen un orden incansable en la vida, sin embargo entre tantas dudas y vacilaciones, el poeta llegó a la antesala de su corazón, extraño es pero cierto, el como a veces estamos demasiado confundidos para apreciarnos tal y como somos, para elegir a donde a vamos y que queremos ser.
A veces te veo solo como una colección de cicatrices, que entre lagrimas y tristezas, avanza titubeante en un aparente camino de vacios y de objetivos vagos, o de metas que alguien escribió sin darnos cuenta en las paginas del alma, o que alguna vez nos dijeron que si conseguiamos seriamos grandes. Entre las blasfemias de todos los dias, los orgullos y soberbias que aparentan dominarnos, somos en mucho producto de las heridas que cargamos a cuestas, del miedo a herirnos que nos heriere mas, la cobardía nos paraliza nos acaba.
Pero un día, yo miré tras de tus ojos y en tu corazón esa... tu propia colección de cicatrices y te ame más de lo que ya te amaba antes, me sentí tan comodo explorando los andenes de tu alma, los pasillos de tus ilusiones y deseos. Quien diría que un angel puede desear algo más?
Tatuados, en cada uno de los bordes de las cicatrices, miraba y sentía todas aquellas noches en las que de tanto llorar te quedabas dormida... o peor aún el día en que te dolían tanto tus penas, que no podias llorar, ni dormir, ni comer y nos privabas a todos de ti misma.
Te amé más cuando te sentí fragil y delicada, porque siempre hemos vivido con aires de fortaleza, con la obligación de ser rocas firmes para que los demás caigan. El verdadero amor consiste en mirarte tal y como eres y desear amarte más.
Cuando desperté, no te encontré a mi lado, confundido y aturdido te busqué y aún te busco, salgo a la calle buscando tus ojos para mirar a través de ellos quizá... mi propia colección de cicatrices
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