15 may 2011

Misión (Parte 5)

Despertar de domingo de ramos, buen momento para subir al cerro ubicado frente al pueblo, una oración con la perfecta vista del objetivo de misión, aún recuerdo que el objetivo era establecer un pequeño compromiso evaluable con el paso de los días.

Motivación cerrada con las antífonas finales de las oraciones Lasallistas, un leve apretón de manos, luego unas fotos al pueblo, a la fraternidad. Mi propósito personal es vivir en humildad sin protagonismo esa semana, por lo que quería observar y ser el lente a los mejores momentos, imaginarme sin mi clásico egoísmo y esa vanidad con la que convivo para que me vuelva un poco interesante sin volverme malo.

Un domingo antes, había decidido comprar un par de botas ya que después del asalto solo tenia dos pares de zapatos y ninguno idóneo para transitar en caminos de la sierra, botas excelentes con un detalle ideal ya que concentraban el peso en la punta del pie, en lugar de lo acostumbrado que es ponerlo al talón, ese día iba a estrenarlas.

Al bajar del cerro, resbalé y no quedó de otra más que bajar rápidamente, aunque de forma algo incontrolable, esquivé a los que pude, menos al buen chito, que me tomó del brazo y con el que seguí bajando a toda la velocidad, hasta que el refirió que era mejor caernos, así que en un tacleo digno de la conferencia nacional de la liga de futbol americano de Estados Unidos, nos dimos un buen golpe y varios raspones, hasta mi pantalón se rompió ligeramente arriba de la bolsa trasera derecha, hacían falta diez misiones para caerme, primera estación de la semana, suele no gustarme mostrar quejas de dolor alguno, pero ésta vez si me dieron ganas.

Antes de la celebración, conocimos a varios jóvenes del pueblo, que practican el deporte oficial del Tule, que es estar tronando en el aire un enorme chicote que ellos llaman chirrión, ese ruido nos acompañaba desde el alba hasta el anochecer, fue así como conocimos a Leoncio Remedios, un chavo de dieciséis años al que de cariño le llamaban Mello. Era el típico muchacho escandaloso que de inicio quiere mostrar que es su territorio y aún chiveado trata de mostrarse a las misioneras.

Que extraño que justo a ésta parte del relato, haya recordado, cuando una vez boteando sobre la calle de Cuauhtemoc y Pino Suarez, a una fraternilla un señor le dió un billete de cincuenta por una paletita, eso era talento o cara de inocencia o de belleza, no lo se. Buenos recuerdos para ésta memoria que a veces se divierte.

Una paraliturgia un poco fría un poco seca, poca gente participó y fue un parte aguas para evaluar campos y mejores lineas para movernos, nos retiramos pronto, porque el Padre nos visitaría mañana a primera hora, el celebraría el Lunes Santo, nosotros habríamos de hacer oración y evaluar nuevas estrategias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aviso

El trabajo publicado está protegido por las leyes de derecho de autor