14 abr 2011

Antes de partir.

Quien diría que mi primer libro completo sería para enmendar una vanidad que hace un par de días herí de forma estúpida. Jamás creí que pudiera ser tan convencional, para que con una más de mis bromas, provocara herir a la persona que me ha demostrado más amor en ésta tierra, y que es a reserva del destino y el miedo el amor de mi vida. Ese libro llevará su nombre.

Ahora que estoy entre un par de espasmos de estrés laboral y a un palmo de la locura, es a tiempo de despedirme por unos días, en los que necesito tomar aire y respirar tranquilo, alejarme de tantas locuras y tantos sueños, dedicar mis pasos a Dios, caminar mucho en oración, platicando de amor con la intención de su amor paterno en mi vida.

Le daré gracias, por ti, que me sigues más a tu curiosidad, a tu deseo, a tu prisa o a tu juego, porque por ti mi ser se ha elevado a las mas altas fibras, aunque tu a veces no me creas y yo nada espere de esas quimeras, has oración por mi, para que si en el camino me caigo, siempre me levante, para superar la prueba de los odios en mi contra, para ser ejemplo de humildad y poner la otra mejilla.

A mi regreso prometo algunas fotografías, una buena crónica, y luego estaré un tanto ausente, mientras le escribo a ella, a la que siempre ha estado al pendiente de mis ánimos, a la que nunca me ha dejado solo apesar de que soy a veces además de perverso un maleducado.

Quien es esa dama?, no es necesario que lo sepas con exactitud, si ella o tu fueran el amor que tanto espero, si fueran la brisa que aliente el fuego de mi pasión, no importa decir su nombre.

Porque así como empecé a escribirte sin razón, con ella la tengo... Ella jamás ha tenido miedo de conocerme, ni por ella, ni por mi. Por eso, por reparar un daño a la vanidad y por amor, por eso escribiré ese libro...

Aclaro que todo lo escrito aquí ha sido cierto, si dudas que no he dejado una gota de mi sangre en mis letras y que en mi pecho guardo un baúl lleno de lagrimas, si no me crees, de nada sirviera convencerte.

Sin embargo, aún atado a una pasión tan irracional como la de éstas lineas, no puedo firmar que éste sea el ultimo texto que escriba, más aseguraría que cuando más trato de quitarme de ti el antojo, solo consigo convertirlo en deseo, juguemos los dos, a ser el mal habito del otro.

Hasta pronto! y recuerda orar mucho... porque aunque no lo creas, aunque nada creas.

Yo te quiero mucho.

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