10 abr 2011

Preparativos

Solo seis días me separan de una nueva misión y falta tanto por hacer, para misión y en el trabajo, son días genialmente infernales, ahogados de pendientes. Afortunadamente con el descanso de ayer me siento con la suficiente energía para llevar todo a puerto seguro, emocionado estoy porque recorreré solo los pueblos, debieras rezar un poco más por mi esa semana, no por los peligros que en el camino encontrare, mas bien en las fraternidades, ya que dicho sea de paso, en cada fraternidad hay alguien que no me ama lo suficiente como para dormir con los dos ojos cerrados, no entiendo la razón del odio, si son mujeres con quienes me relacioné antes, sus parejas ( no podría decir novios, ya que esa palabra no alcanza a cubrir a todas las personas) o sus exparejas, que más da si vamos por una misión diferente, no vamos para pelearnos, para vernos con desconfianza, voy en plan de tregua, si alguien quiere atacarme ( y es lo suficiente hombre ) , o si quiere gritarme ( y es lo suficiente mujer), que lo hagan en Durango, yo voy en plan de tregua.

Pensarás que soy un cínico y soberbio, la verdad es que si lo soy, pero aquí no se trata de eso, se trata de que el amor jamás debe de darnos vergüenza, en el camino aprendemos a manejar las circunstancias, cometemos errores, compramos sueños, reímos y lloramos, pero también crecemos y maduramos. Tengo argumentos razonables para casi todo, pero cuando alguien hace algo por amor, ninguno de esos conceptos cabe, el amor por si mismo se justifica en cada acción, cuando te enamoras sin querer aunque sea prohibido, cuando tienes que decir adiós porque la otra persona sin amarte no es capaz de soltarte, cuando te abandonan con argumentos sólidos que luego te permiten crecer, madurar casi hasta pudrirte, o cuando en la secrecía de una noche oscura, le confiesas tu amor a alguien que también te ama, pero que antes debe hacerte pagar lo que le hiciste con tu abandono.

El amor es así, sin reglas, por eso es humano y divino al mismo tiempo, por eso a veces escribo, a veces camino, a veces lloro, a veces busco solo desahogar los instintos practicando la seducción, queriendo con la pasión de un tiempo, con la necesidad de la idea, con el que sea el amor de mi vida por unas horas, sin empachos sin cosas prohibidas salvo un par, amando en soledad a quien no lo merece, luchando, siempre luchando.

Me alegra mucho, que estés de vuelta de tu viaje, esos lugares por donde andabas, son de sobra inseguros, menos mal que ibas acompañada por quienes amas, sin embargo hazme el favor de cuidarte, porque para contar ésta historia se necesitan dos y yo para definir si todavía me gustas ( porque últimamente he pensado que físicamente ya no) necesito esa mágica semana santa que arreglará todo.

Dios te Bendiga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aviso

El trabajo publicado está protegido por las leyes de derecho de autor