7 abr 2011

Dolor y Prisa

Esos días en Durango fueron de sueños perfectos y muy pervertidos, te los cuento porque no eras tu de ninguna forma protagonista de ellos, más bien otra mujer dulce, que ayer me acompañó en una laboral crisis y que sin ninguna duda amo. La vi en un parque, para relatarle de viva voz mi reciente duelo a muerte con el miedo, del que salí victorioso, me di cuenta una vez más lo mucho que sentía por ella, cuando le daba comedia a las partes más delicadas, ella es una nena y aunque la he visto llorar unas tres veces, verla llorar una cuarta derramaría como plomo también mi llanto. Sabes, que no suelo ser tan pervertido fuera de la habitación o de la excitante pasión de un encuentro intempestivo, pero así como para ustedes es el imaginar una vida al lado de quien llevas un mes de conocer, es natural en un buen hombre desear compartir caricias con la persona que quiere, ese es otro de nuestros masoquistas placeres. Ahora sigo confundido, de la vida, del destino, ciertamente es dificil que pueda irme a casa pronto, tengo prisa, pero no se para que, quizá para besar con amor, para soñar con ternura, para ya no tener el sabor en los labios de caricias desinteresadas que apagan solo dos soledades que a veces se encuentran, soñemos hoy, por lo que sea, por la vida y por la canción sincera.

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