3 feb 2011

Del lastre en el camino, ensayo con lagrimas de esperanza.

Ya estaba a punto de partir, y en la dulce noche, me encontré el único poema quizá que me he tardado horas en escribir y el único que te he escrito de mi puño y letra, lo recuerdo bien, fue hace ya varias semanas, me fui a un café y pedí un par de cervezas, había comprado muchas hojas, para ensayar, para inspirarme, pensaba entregártelo ese fin de semana en una botella, pasé varias horas tratando de perfeccionar las rimas, salí sin un diccionario, ni en papel, ni electrónico, no es fácil rimar cuando conoces tantas palabras.

Lo que he decidido hacer mañana no es porque te odie, ni porque menosprecie lo que tu sientes, me duele en el alma si yo te hago sufrir, mi intención jamás fue esa, en mis letras y de verdad que podría jurarte ante cualquier cosa, que la primera meta siempre ha sido pensar en tu felicidad. Tampoco es que no te crea, en que le diste el lugar a ésto que se merecía, de verdad que sigo creyendo en el amor, en ese concepto por el que vivo y siento, por el que los días que me siento más triste me da la fuerza para salir al mundo con una sonrisa, creo en el amor y en la entrega sin medida, creo que se amar, al menos se que lo intento... Pero no puedo conservar ese poema, mañana, iré al lugar donde lo hice lo leeré y lo destruiré.

Es algo que tengo que hacer y tu me entiendes, tu siempre entiendes y no tengo que explicarte, no hay que evitar las cosas que duelen pero que nos harán sentir mejor a la larga y ahora no puedo tenerlo conmigo, lo importante no es la obra, sino la inspiración. Da Vinci sería igual de grande sin la Gioconda es verdad que cada que se quema un poema sin entregar, el mundo pierde algo irreparable, la trascendencia a veces se encuentra en el olvido y en las cenizas del fuego. La vida no se trata de sufrir, el sufrir es opcional, y yo no sufro, aunque a veces muera de dolor, yo no solo moriría de pie, moriría caminando y sonriendo.

Por favor preciosa prométeme que si un día la idea de mi te atormenta, me sepultarás en el olvido, porque renuncio a la trascendencia que tengo si puedo evitar una lagrima tuya. Yo estaré bien, mañana la maleta estará lista sin nada que obnubile mi viaje, ojalá algún día pueda reescribir lo que destruiré mañana, por lo pronto se acerca el viaje y confío que sabrás donde encontrarme si algún día me necesitas, tu también puedes contar conmigo. Te quiero mucho.


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