8 feb 2011

Expectativas

#NowPlaying

- Cosas y Palabras - Fernando Delgadillo
- No vine a decir que si - Fernando Delgadillo
- Moses - Coldplay


Cada ocaso, las flores despiden al sol con la esperanza de que aparezca a la mañana siguiente, con fe, con la esperanza de supervivencia, con la saciedad y con el antojo, a la noche no duermen, trabajan; crean el oxigeno que necesitamos todos los demás para vivir, para soñar. Las flores tienen fe, nosotros damos por hecho que el sol saldrá al oriente al día siguiente, cuando amanece ellas lo ven como un regalo, nosotros como parte de su obligación.

Mundo y pasión no fueron creados el mismo día, tampoco el tiempo y la prisa, el mundo como el universo es realmente finito para el que lo creó, la pasión siempre será infinita, todavía no puede medirse una mirada, un pensamiento, un suspiro, un beso o el mejor de todos los sueños. El tiempo es sabio siempre, hasta que generalmente nos mata. La prisa es una necedad humana, una ansiedad insana, una aparente obligación una urgencia por la nada. Por eso yo creo en la pasión sin tiempo.

La arena de la playa es la doncella amante que espera a su amado mar, en ese vaivén que pareciera dura segundos esa corta espera, que en el corazón de la doncella son siglos y en el alma del amante son milenios, se miran y se dejan, se besan y se alejan, se aman y se despiden, con la esperanza de encontrarse de nuevo, pero sin esa maldita seguridad. Y aunque parecieran finitos sus pasos, ya no pueden detenerse, no los gobierna ni la luna, ni el sol aunque a veces así parece.

Las estrellas miran, solo miran, no hablan porque no es uno de sus menesteres, esperan y sueñan como todos los que se dicen enamorados y los que se dicen apasionados, siendo pocos los que creen en la chispa adecuada de las cosas, en el milagro absurdo que jamás pasa sin que el corazón lo llame, las estrellas solo tienen fe, en los que confían en el acierto, no en el tonto error que de todos modos siempre pasa.

Como siempre, las metáforas cobran sentido al final de las melodías, amo tanto escribir metáforas...

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