dueña a modo de mis pasiones sin nombre, sutil dama de antojable alma.
Luna de todas mis madrugadas, silencio que enloquece todos mis sentidos,
tuyos versos libres de poetas presos, adorada galaxia que me acompaña.
Hoy quisiera susurrarte al oído palabras suaves, conquistarte de a poco,
como si el universo y la entropía no existieran, amor sin decadencia.
Hoy quisiera suspirarte al oído palabras que se vistan bellas con tu hermosura,
como si el juego del amor fuese el único donde no hay ningún perdedor.
A veces no estoy tan seguro de tu belleza y es que cuando te miré a los ojos,
me perdí en el mas bello laberinto de mi existencia, esos ojos lindos, esos ojos tuyos.
Cuando salí del laberinto me devolviste la fe que había perdido en tantos juegos,
volví a creer en el cielo, porque si existe, seguro la puerta está en tus labios.
Exquisita Musa, mujer de todos mis sueños, idilio de poesía que parece eterna,
sostienes mi pluma con tu excepcional rareza, perdido estoy en tu selva.
Como explorador extasiado de una particular dama, que a veces sueña,
si algún día encontrara el camino de regreso no volvería a ser el mismo.
Acurrúcate en tu cama, cierra tus ojos un momento y recoge tu cabello,
has un espacio, porque te visitará mi alma, que solo desea abrazar tu corazón,
si te quedas dormida yo cuidaré tu sueño porque insomne me perderé en tu autenticidad,
te cantaré una canción a medias, una lagrima visitará mi rostro, mientras musitando, te digo que tanto te quiero.
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