24 feb 2011

Retales

Quien entrega su vida por un ideal, jamás muere en vano, porque podemos renunciar a todo, menos a sentir miedo. Nos podrán quitar la vida por dinero, pero jamás la libertad, nos podrán amenazar pero jamás nos quitarán el alma. Es triste Musa, que en círculos tuyos y míos, alguien muera en manos de los desalmados, de los que extorsionan y matan, de los que son un cáncer y peores que ratas.

Es difícil vivir en una realidad donde muchos mueren, es difícil mantener el temple, es por eso que nuestras listas de héroes crecen. Pero los que amamos los legítimos ideales, los que jamás entregaremos el alma, la vida, o el fruto de nuestro trabajo y los que todos los días salimos a la calle a trabajar y no dejamos que el miedo nos paralice, los que quedemos, haremos de ésta una mejor sociedad.

Por lo pronto, hay que honrar la vida de quien muere por no acceder a nefastas demandas, viviendo sin miedo, con todas las precauciones posibles, con amor y aprecio a la vida, renunciando a ser parte de quienes le hacen daño al mundo, porque aunque no soy precisamente distinguido por apreciar la humanidad, nadie por mas mediocre que fuera, o por más ideas que no comparta, no tiene derecho a perder su vida o libertad en manos de quien solo ve al dinero como fin.

Hazme el favor de cuidarte mucho tu y todos los que comparten tu pasión por la salud, sobretodo de los que realizan su trabajo todavía con pasión que miran a los ojos a sus pacientes y que no están recetando mientras escuchan, como si todo fueran antibióticos o analgésicos. Un minuto de mi silencio y mi respeto al caído.


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