12 mar 2011

Confesiones sin confirmar

Tanta dosis de secreto puebla ya ésta bitácora secreta, que quizá no te afecte tanto conocer otra de mis reflexiones o de mis tragicomedias, hablaré sin piedad de lo que son rumores que parecen más cercanos a confirmar que a desmentir.

La última mujer oficial que me conociste, a la que tanto quise y tanto quiso herirme, de la cual hace unos meses terminé por motivos que la ultima vez que te vi te compartía al parecer ha desarrollado un gusto físico por una de las mozas de dieciocho que la pervertían o pervertía.

Rumores de besos, que me hubieran gustado fueran más por identidad que por deseo, podría estar seguro que en mi tiempo no ocurrieron, pero la desgracia es haber vivido tantos meses al lado de alguien que quizá desarrollaba otros gustos y no poder asegurarlo, duele mucho.

Mas allá de mi habitual perversión a mi siempre me ha han causado nauseas el engaño o la hipocresía en tan íntimos terrenos, puesto que somos lo que somos y no hay porque engañar con una preferencia o un ardor inexistente, me enoja, pero me tranquiliza es la única mujer que en varios años se me resiste a ese plano.

Hay mujer, ya sabes otra de mis tribulaciones, ya no se si reír o llorar, o si dejar mis posesiones terrenales y viajar al Tibet hasta aprender a no sentir amor por otra mujer en el mundo, por lo pronto si llego al mil y no me quieres, prométeme presentarme alguna decente opción porque mas jodido que como ahora estoy, no se si pueda. Y porque eso de escoger, creo que no se me da mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aviso

El trabajo publicado está protegido por las leyes de derecho de autor