31 mar 2011

Me gusta dejar de llamarte hermosa

Me gusta dejar de llamarte hermosa porque me agrada engañarme, creer que no quiero, pensar que no te sueño, ocultar un poco el ruido del fuego, provocar un simple desconcierto, acariciar con un poco de hiel el ego. Interesar a solas, decir a medias, mentirme solo, creer sin penas.

Que pusieras esa cara de odio en mi contra, que te hace ver aún más hermosa de lo que ya eres, aunque a éste punto, ya no pueda asegurar ni un poco tu belleza, porque enamorado estoy y a mi prisa ya no miro los detalles, ya no miro, ya no tengo.

Ojalá ya estés mejor preciosa, que el mundo te devuelva un poco la energía que tu le das con tu sonrisa, el mundo te necesita fuerte no se para que, porque si algún día estás débil, para eso están siempre abiertos mis brazos, todavía para ti.

Nada esperaba diferente de ti, que mantener algo que te gusta, aunque a mi o al mundo no nos gustaran, si quisiera probarte hubiera sido buena prueba, porque nada me gusta más de ti, que el hecho de que tu te gustes y quieras, esa seguridad me atrae, me enerva.

Mientras sigas siendo tu, y sigas siendo bella, yo te escribiré cuando ese placer sienta, no miraré tanto tu foto esa es una certeza, no la miraré porque no es mía, ni es falta, ni es promesa, es preferible encontrarte en la inspiración de tus reflejos, de mis recuerdos, nada tengo tuyo y nada necesito para contar historias, para dejar huellas.

Sigo construyendo un castillo, sigo poniendo piedras, soñando a secas, si un día estuviera terminado y tu no lo quisieras, me tomaría un segundo destruirlo y construir en otras tierras, por lo pronto me agrada ser a solas, tu poeta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aviso

El trabajo publicado está protegido por las leyes de derecho de autor