29 mar 2011

Decretos en el testamento.

Que la pasión sea ley mientras mis fuerzas me gobiernen, que no dude, que no sueñe, que no me permita suponer que dispongo para amarte un instante aparte del que estoy viviendo.

Que la prisa sea solo para buscarte, jamás para mirarte, que sea la estrella que acompañe siempre mi viaje, pero también lo sea para disfrutar el camino, que sea brisa para dar caricias.

Que la ternura siempre juegue en la cama, o en la cocina, al teléfono o en las cartas que ya te aburren, para mirar al cielo con ojos de amor, con la esperanza de encontrarte allá a mi lado.

Que la sed de ti, jamás se me acabe, que me inunde como hoy el manantial de la inspiración para compartirme, que es el amor si no es simplemente compartir lo que somos, con quienes queremos.

Que las palabras que escribo, lleguen más hermosas de lo que son a tu fuego y a tu corazón, que la tinta permanezca indeleble, para que aunque yo no estuviera, tu pudieras soñar a veces.

Que el canto del poeta se vuelva eterno, cuando todos, seamos más amables mas sinceros, cuando en lugar de insultos broten a Dios alabanzas y cumplidos a las más hermosas damas.

Que la cobardía sea delito, cuando de hablar de amor se trate, que sea penada con soledades que solo redima un beso, que el mejor juez no seas tu ni yo, si no Dios mismo, que nos queramos.

Que la risa sea la lengua que domine en la tierra, que las lagrimas sean para llorar a solas la felicidad que no se crea, que el dolor sea solo el prefacio de una felicidad eterna, soñada.

Que sigas siendo tan bella como ya lo eres, que tenga vida para apreciarla, para cantarte si te hace falta, para construir con palabras, instantes que toquen tu existencia y que no calles.

He dicho!

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