13 mar 2011

Incidentes

Ayer 13 de marzo, pudo tranquilamente ser mi ultimo día en ésta tierra, te platicaré un poco y ahora que leas ésto entenderás la nota en la que te etiqueté.

Salí de jerez pasadas las dos de la tarde, tenía prisa porque llevaba algo de carne para una actividad de fraternidad. Al viajar a Durango paso por Fresnillo obligatoriamente y aprovecho para darle un aventón a una amiga que trabaja en la misma empacadora.

Por la prisa no la dejé en su casa, le llamó a su mamá antes de llegar para que la recogiera en un oxxo que me quedaba de paso. De la ciudad de Fresnillo, solo paso un boulevard que no es el principal, pero que si es grande, ya que tiene cuatro carriles en cada dirección.

Dejé a mi amiga y como a los quinientos metros vi que un hummer h3 rojo sin placas me seguía, yo no le tome importancia, llegamos a un alto y yo tenia un automóvil adelante, nada fuera de lo normal tipo sedan modelos anterior al ochenta y cinco.

El hummer h3, se puso detrás de mi, de forma inclinada, para evitar que yo pudiera escapar, yo decidí tranquilizarme, puesto que de todas maneras, no tenía oportunidad de escapar, por los demás autos que bloquearían mi escape.

Amagaron con bajarse, seguramente esperaban que si yo era algún sicario, me pusiera o nervioso o me defendiera, yo solo veía de reojo. Al ver que no me bajaba, ni me inmutaba, cerraron las puertas y se colocaron a mi lado derecho.

El conductor del auto, bajo su vidrio y me pidió que bajara el mío, me interrogó. Yo guardé la calma, cualquier movimiento brusco de bajar una mano, o el ponerse nervioso generalmente termina en tragedia ya que ellos te apuntan todo el tiempo.

Me preguntaron de donde venia y a donde iba, a que me dedicaba, les dije la verdad, voy de Jerez a Durango, soy de Durango y trabajo en la empacadora de carnes de jerez. Me preguntaron si tenia credencial de mi trabajo, yo les dije que no nos daban, pero que traía carne en mi guantera para comprobarlo.

Todo ésto en el marco de una asombrosa tranquilidad, apesar de ver de cerca esas armas largas y al tipo a la cara, pero bueno bonita, tu ya me conoces, sin modo de presumir, hace años pocas cosas me daban miedo, ahora casi ninguna.

Me creyeron y se pasaron el alto y se giraron a la derecha por otra calle muy grande, yo temí mucho por mi vida, ya que podían haber fingido creerme y esperarme a la salida de fresnillo, donde sería mas fácil interrogarme, levantarme o liquidarme.

Por eso en lo que recorría las ultimas calles de fresnillo, por la parte de su libramiento de transito pesado, tuve muchas ganas de escribirte un mensaje de texto, la finalidad, decirte que si algo me pasaba, te quería mucho, decidí no escribirte, porque en mi interior sabía que tendría otra oportunidad de escribirte, te quiero mucho Musa.

Mi familia no sabe ni sabrá ésto, no puedo compartirles esa preocupación por mi, tampoco me regresaré a Durango por miedo, aquí tengo un empleo donde gano al mes, poco mas de dieciséis mil pesos, no renunciaría a mis sueños por desalmados criminales.

A ti que te lo cuento y si algún día aceptaras mis estrellas, si te ofrecería el regresar a casa y armar nuevos sueños desde ahí, porque el amor de poesía, de rimas y versos, el amor que te ofrezco no es para regalarte miedo y se que seguramente con tu motivación podría armar los mismos activos que tengo aquí.

Por ahora, no me voy y no me detengo, sumaré más precauciones, más medidas para mi protección, pero mis planes están aquí y los pocos sueños que tengo tienen sus cimientos en jerez, dulce poesía mujer y gracias por ser al menos, mi amante lectora.

Por si aún no tengo credibilidad contigo, solo quiero decirte que te quiero mucho.


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