17 ene 2011

#72 Sueños matutinos

Lunes 17 de Enero de 2011 8:30 a.m.

Mis sueños me siguen hablando de ti al oído, mis labios pronuncian tu nombre mientras me despierto, el amanecer entre las montañas que miro cuando me levanto dibuja tu silueta en esas cordilleras que están al sureste, mi barco se quedó sin timón ya dirigido a tu playa y por más que muevo el mástil no puedo cambiar mi dirección, serás una de esas pocas personas, por las que valga la pena dirigirme a una isla desierta de las pasiones que condicionan mi vida, al menos esa parte de la vida que escribe poesías y compone versos.

Será que nadie merece éste corazón que trato de proteger lo más posible para que cuando se terminen las letras y tenga que dejar de escribir pueda recoger los pedazos al menos y armarlos para poder amar de nuevo, para poder creer que mis letras valen la pena para alguien, para creer que valen la pena para mi mismo, éste es el primer día completo que trataré de vivir sin acordarme de ti y que una sonrisa al menos fingida en el rostro. La pasión duele tanto, sobretodo cuando nada depende de ti, cuando quien tu quieres no puede estar contigo porque no es libre ni lo quiere ser.

Supongo que pronto cambiarás esa foto que tanto nubla mis sentidos y eso será positivo, apuntalará mi decisión de dejar de sentir y de sacar el corazón y arrojarlo lejos antes que un día explote adentro de mi cuerpo y me aniquile, sigues siendo bonita, sigues siendo lo que tan vehementemente te escribo, pero por supervivencia ya no quiero ser poeta tuyo, quizá cuando le ponga punto final a la publicación de ésta bitácora, tampoco quiera ser poeta de nadie, la idea es ser feliz retirando todo lo que ha traído más dolor que risas, lo que vale la pena contar como el carácter que tuve y tendré, por la pasión por la vida, pero no por la pasión de conquistar a la forma antigua que ya casi nadie prefiere y si alcanzo una felicidad que busco, valdrá la pena quemar uno a uno las rimas y los versos que me dedique a escribir y a escribirte.

La vida y la poesía son fuentes engañosas, nos hacen creer en imposibles, nos hacen soñar cosas que se alejan de la realidad, al día de hoy me duele tanto creer en sueños, que aunque jamás me arrepentiré de soñar, porque tú, mi aún Musa te has vuelto la mejor obra que he escrito, porque aún con mis manos atadas he logrado tatuar al menos en tu razón que te quiero con el alma y con el corazón que jamás me dijeron tan nitidamente lo que deseaban para si como contigo, por eso me permito decirte, que a donde te lleve la vida en éste tiempo, eres especial y no te quites ese brillo que pudo conquistar a un complicado hombre de veinticinco, que cada día desde hoy será menos poeta, lo más difícil de escribir de todo, pero que aún siento ganas de decir. Te quiero bonita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aviso

El trabajo publicado está protegido por las leyes de derecho de autor