11 ene 2011

De las somnolencias que duelen un poco

Sería fácil renunciar a todo lo que nos dicen imposibles y sería fácil tomar lo que el mundo tiene para nosotros al alcance de las manos, pero eso sería mediocridad, desperté de mi siesta de hace rato un poco harto, mi vida es una constante lucha, como dice Sabines, siempre el paso siguiente, el otro y el otro.

No regresaba con la mejor cara al trabajo y traía en mente dos o tres pendientes e ilusiones en mi mente, un evento excepcional que quizá pase hoy en la tarde y tenga que afrontar con más inteligencia que humanidad a riesgo de manchar un poco mi esencia, sabes querida Musa, que éstos los momentos de dudas, son los que me han permitido llegar a donde estoy ahora, por eso los afronto con gusto, aunque no se sienta del todo bien.

A mis veinticinco, he vivido muy adelantado a mi época, a veces quisiera mandar todo al carajo y volverme mediocre como la mayor parte de la gente de mi edad, regresar a mi casa y partir desde cero, pero mi tenacidad no me permite regresar ahora, no estoy programado para retroceder, estoy viviendo un sueño que tiene muchas rosas con espinas, y casi siempre mas espinas para tener unas pocas rosas.

Pero bueno, en tu vida, como en la historia que tenga que escribir en éste mundo, yo quiero ser de los indispensables, de los que luchan todos los días sin cansarse, de los que rara vez piden un abrazo y nunca piden lástima, de las personas que no nacieron para vivir en la intrascendencia. Éste pilar no se derrumbará el día de hoy, está historia seguirá mas y mejor hasta que la alcance el destino, ahora utilizaré éste impulso, para poner un poco los pies en la tierra, para ponerle atención a mis proyectos esos que contigo y ésta obra, me darán la libertad.

Somos parte de una historia que se escribe solo una vez con tinta indeleble, con los bienes materiales que he podido cosechar o sembrar como deudas he podido demostrar tanto amor que me siento feliz, sin embargo a ti preciosa, te regalo lo que en verdad vale la pena, lo que no se compra en ninguna tienda con ninguna tarjeta, a lo largo de éste tiempo y del que venga, te entrego el tesoro de mi esencia, que aunque es finita, he cultivado y cultivo todos los días para que no lo parezca, por ser un universo y el mejor regalo de amor que pueda regalar.

Yo no se que piensas tú, mi inteligencia me aconseja, mi corazón opina, mi alma no quiso participar en la discusión, porque mi cuerpo siempre interrumpe, yo solo se que te ofrezco compartir mi universo contigo y vivir ese mundo de sueños del que hace tanto que no vivo, pero del que no paro de escribir, con la fe y la esperanza de que un día se vuelva realidad.
Se también que ésta no es una lucha de un día, ni de un mes, se que me tomará tiempo como todas las buenas cosas, se también que el amor es una guerra pero que tu no eres un trofeo y yo solo me juego la vida, por algo que sería mas que vida en mi corazón.

Éste texto es casi como le hablo a Emilia, con la que me sincero de más, hoy te escribí a ti, porque siempre te regalo las alegorías y metáforas de mis versos, o mis pretenciosos sueños, o te regalo de la soberbia de la cual ya podrías tener un cajón repleto, hoy te regalo lo que a casi nadie muestro, una selecta pieza de humanidad, de esa a la que pertenecemos tu y yo, como parte del club de las personas complicada, aún en mis hondas reflexiones, aún así, te quiero.

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