12 ene 2011

De las promesas que ya no creemos

Hace mucho que dejé de creer en los "te amo", hace tanto ya, porque el problema de nuestra sociedad es que son demasiado baratos, utilizamos esa palabra para referirnos a quienes llevan poco tiempo en nuestras vidas, a quienes nos dan un regalo, a quienes nos dan uno o dos besos, a quienes nos dan una o dos tardes de placer, como si amar fuera tan sencillo.

Hace mucho que dejé de creer en los "te amo", hace tanto ya, porque me los ofrendaban como disculpas, como justificaciones, como los pretextos a las ofensas, a las malas intenciones, como mendigando confianza, como tratando de que obviara cosas importantes porque había una intención común, como desgastada disculpa y no es que los seres humanos estemos libres de errores, se trata, de que las disculpas tienen tres partes, lo siento, fue mi culpa y como puedo arreglarlo, es mas fácil que desgastar palabras tan hermosas.

Creo que yo, a lo largo de mi vida, no podría contar a cinco personas que les pudiera decir esa frase, cuando la dije, fue después de muchas lagrimas, de muchas alegrías, de verdaderas aventuras que tuve que vivir, para poder sentir amor y para recibirlo, ya no creo en los "te amo" salvo en los que se dan con una mirada, con el corazón, los que mas que decirse se demuestran con cada pequeña cosa, porque el amor, es una gran colección de detalles.

El mundo nos obliga a creer en modas, nos obliga y nos aconseja lo que aparentemente nos hará mas felices, sin embargo, el corazón no admite tendencias comerciales, no admite ni siquiera una democracia, sólo nosotros mismos sabemos lo que nos hace falta, solo nosotros podemos componer la canción de nuestros sueños, vivir para uno mismo, decidiendo que lugar le damos a cada cosa y cada persona en nuestra vida porque en las melodías del alma solo importa lo que deseamos.

Te quiero por muchas cosas, por tu ambición, por tus valores, por todo lo que alguien alguna vez te haya enseñado, pero por lo que más te quiero es por lo que eres tú sin los deberes, sin las obligaciones, lo que tu eliges ser es lo que te hace autentica, lo que te hace diferente a cualquier otra dama en éste tiempo mi tiempo que ahora es tuyo, por eso te escribo con vehemencia, con ansiedad y con pasión, con la esperanza de darte en forma de flores las palabras que quizá nadie te dice, sin esperar correspondencia, porque el amor, para vivirlo no es necesario ni siquiera de alguna de las respuestas, que tú no me puedes dar ahora. Te deseo un plenilunio eterno, las mejores estrellas y las que mejor se acomoden a tus sueños, hoy a ésta hora y a éste día te quiero

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