14 ene 2011

De las buenas enfermedades

Supongo que ésta es la verdadera sensación que podría tener de libertad, debe ser muy similar esa quietud que queda después de una guerra, es como el mediodía después de una noche de desvelo, es la destrucción después de un huracán ésta pasión que se lleva en el corazón y en los huesos. Esto no es la desgana de la indiferencia, es más bien como los primeros diez minutos después de un orgasmo, donde después de tanta pasión el cuerpo reclama la quietud para alistarse para el siguiente encuentro, porque la pasión y los deseos aún siguen como tu en mi piel.

El ejercicio se vuelve una deliciosa catarsis que desde que recomencé no me complace con el dolor, pareciera que tu eres el único dolor que me aqueja a veces pero que me da mas placer que cualquier otra actividad cotidiana que realice, supongo que la sola idea de despertar con el calor del alma y la memoria puesta en tu recuerdo y en los rumores que algún día descubriré de ti, son suficiente dolor y suficiente placer para alguien que llena sus días con tu esencia pero que cada día se siente más tentado por seguir con una vida más ordinaria, pero que cuando se acuerda de su Musa, despeja las nubes que desean visitar su cielo.

Eres una enfermedad viral, que a veces quiere matarme, que a veces me da mucho placer, que a veces nutre mis deseos y que cuando aparentemente he controlado... muta, y me vuelve a enfermar, uno de los síntomas mas característicos es un dolor crónico del corazón, y de los signos es una terrible fiebre nocturna o diurna causante de las mejores y más ardientes alucinaciones, otro signo es la cara de idiota que pongo cuando te escribo, genera un gran aumento en el umbral del dolor y hasta me vuelves masoquista y como en todo, en la misma enfermedad está mi cura.
Ojalá un día no resista los efectos de la enfermedad porque aunque no me costaría la vida pagaría con todos mis sueños y mis cuentos que ya no creería. Ojalá algún me administres con tus labios en los míos la cura que tu tienes y que yo todavía espero.

De lo contrario, me curo de ti con cada poema, con cada texto, porque si sobrevivo a ti el tiempo suficiente mi organismo creará la mejor resistencia al amor y otras enfermedades veneras, que ya no me asolarían más bien serían de mis armas para enfrentar al mundo, para manipular y complacer y a veces lograr estar complacido, porque enfermedades como tu, no son letales pero dejan secuelas imborrables, porque la ventaja de saber amar es que siempre se ama diferente, pero como te he regalado mi vida a ti, creo que ya no podría sin al menos una mirada que me calmará las ansias y la fiebre y me hiciera creer al menos alguna vez, que no estoy tan loco ni que soy lo suficiente poeta para dejar una huella.

Soy lo que soy, aún apesar de mis complicadas y difíciles humanidades, Soy lo que soy y es lo que ofrezco, perversión y sueños, amor y un compromiso de luchar cada día por conquistarte, porque a cada paso y a cada poema, porque a cada rima y a cada verso, porque en cada sueño, yo te quiero.

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