De las locuras de amor

Hace un rato me fui a un café a tomar un par de cervezas con mis plumas y mis hojas, hacía tanto tiempo que no me iba a escribir en público pero la obra lo ameritaba, no había muchos parroquianos hasta pude elegir si se quedaba la música o si quería cambiarla, la gente me veía un poco extraño, quizá no les era familiar encontrarse a alguien que hacía gestos entusiastas y llenaba párrafos de prosa y papel, el mesero iba cada cinco minutos no se si porque esperaba buena propina y quería dar un servicio, porque le interesaba saber que te escribía o porque era gay y quizá yo le gustaba.

Hacía tanto que no compartía esa actividad tan clandestina con el mundo y fueron un par de horas muy felices, porque el corazón suena diferente cuando borra y tacha con garabatos, cuando escribe y reescribe uno los mismos versos y los corriges y borras párrafos enteros y buscas un minuto la rima perfecta, y la pluma estilográfica parece tener una voluntad diferente, porque los trazos se miran tan feos, pero tan sinceros.

Escribí un buen rato elegí los mejores párrafos y constituí un poema como aquel que sabe apreciar su arte, aunque el mundo no lo entienda, pagué mi cuenta y regresé apuradamente a mi casa, hay que cuidar la integridad, porque aunque cada día estoy mas perdidamente enamorado y perdido de los cánones que el mundo me vendió cada día me siento más libre para amar a mi gusto pero sobretodo a mi antojo.

Sueños que alimentan la ilusión de una vida que sin ti sería mucho menos plena, sin ti no existirían tantas de mis letras ni tantas de las nuevas cosas que construyo todos los días, eres en mi vida un ser necesario, no se si un bien o un mal necesario, pero te necesito llenando el espacio que llenas, necesito seguir soñando con tus labios mientras el destino nos alcance, mientras las estrellas se alinean a mi favor, mientras las cosas que he visto van pasando, mientras los imposibles se hacen posibles y los posibles se hacen reales, porque la voluntad y el amor, y el deseo perseverante triunfan, porque en la inmundicia del mundo, porque entre las cosas que dudamos los dos, porque en los sueños en los que creemos y porque apesar de todos los pesares del mundo, yo, te quiero.